jueves, 15 de septiembre de 2011
La retirada Francesa y la Victoria de los liberales
Los republicanos arriban a Querétaro y Maximiliano, que se habían refugiado en el cerro de las campanas, entrega la plaza con la idea de que se le permitiría regresar a Europa; el emperador entrega su espada a Mariano Escobedo en señal de rendición (15 de mayo) y junto a él es hecho prisioneros todos los altos jefes militares así terminaba el Segundo Imperio Mexicano. Un consejo de guerra juzgó a Maximiliano y a sus más distinguidos generales. Se les aplicaba la ley del 25 de enero de 1862 que imponían la pena de muerte para los infractores de las faltas siguientes; delitos contra la independencia del país, delitos contra la paz pública, delitos contra las garantías individuales. Se les encontró culpables y, no obstante la campaña internacional y las presiones de que fue objeto el gobierno mexicano, el presidente Juárez se mantuvo inflexible y la sentencia se cumplió el 19 de junio de 1867. En el cerro de la Campanas, Maximiliano de Habsburgo, Miguel Miramón y Tomás Mejía fueron fusilados.
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